Según las tradiciones paganas, la noche del 31 de octubre es "Samhain" o "Samaín", una de las festividades más importantes de la rueda del año, considerándola un momento mágico, y dando comienzo al Reino de la Noche.

Esta festividad tiene que ver con el "trabajo" con nuestro linaje y la memoria, dándoles las gracias a nuestros ancestros y pidiéndoles apoyo en nuestro proceso.

Una bonita forma de honrarles puede ser encendiéndoles una vela, poner sus fotos visibles en un altar, entrar en un diálogo con ellos como si estuvieran presentes, escribirles una carta... y dar las gracias por sus vidas.

Mis ancestros eran de Andalucía, tanto por la línea materna como paterna; eligieron Catalunya para una mejor vida y aquí se quedaron, formaron una familia, trabajaron y dieron las gracias a esta nueva tierra que les acogió y les dio la posibilidad de vivir con dignidad.

Por ello les doy las gracias, por mi vida y la bendición de vivir en esta tierra sin olvidar los orígenes.

Mi "ritual" personal para "traer" su memoria, dar gracias y honrarles es a través de la música y el baile (¡como no!)

A las abuelas y abuelos, madres y padres que nos preceden, a los que contienen la memoria de nuestro hilo biográfico, a los que escribieron parte de una historia que hoy sus nietas y nietos, hijas e hijos, cogiendo el relevo, añadimos nuevas páginas con nuestro caminar, sin perder la raíz, ni el origen.

Honrando a mis abuelas y abuelos bailando!

Las músicas que escuchaba de niña cuando visitaba a mis abuel@s!