El cuerpo habla, a través de sus distintos lenguajes. Aprender a escucharlo es casi un arte!!!
Y mientras vamos aprendiendo sus diferentes formas de comunicarse, a veces entendemos lo que “nos dice”, pero en muchísimas ocasiones confundimos y lo malinterpretamos.
Queremos entender sus mensajes desde la razón, sólo con nuestra mente y es ahí que nos frustramos al no entender en absoluto que nos está “diciendo”. Y arrastramos molestias, dolores, inflamaciones, rigidez y un largo etcétera de síntomas, que también se van manifestando en nuestra actitud, nuestras elecciones, en cómo nos sentimos.
Y es que el cuerpo no es una “entidad” aislada de nuestra mente y nuestras emociones.
Escuchar el cuerpo, es abrir la escucha desde una mente y un corazón abiertos a sentir. El cuerpo NO MIENTE!!
El cuerpo está diseñado para MOVERSE!!!
He dado clase con la menstruación, con dolor de cabeza, con tendinitis, resfriada, con lumbago, con tortícolis… con pereza, con agotamiento, con mal de amores, y con el subidón de cuando empiezas una relación y sólo quieres estar con esa persona… embarazada y embarazadísima!! con mi bebé, y con el deseo de sólo estar en la cueva con mi hija, amamantado y disfrutando de ella. Y todas esas veces he dado clase, he danzado y me he agradecido infinitamente no haber sucumbido a esas voces que me decían “no vayas, anula la clase…”. Porque en mi interior sé que mover y danzar esas energías me hace bien, me hace mucho bien! Y que esas voces proceden de “la víctima”, “la escapista”, “la perezosa”.... en definitiva, del miedo.
Esta es mi experiencia, danzar me sana, me unifica, me conecta con todas esas voces para que las escuche, las acoja, las abrace. Y así elegir desde la conciencia.
En ocasiones decimos, hoy no hago tal cosa porque mi cuerpo me pide estar en casa tranquila, por ejemplo. Qué voces son las que estás escuchando, obedeciendo?
Esto no significa que quedarse tranquila/o en casa no sea necesario, de hecho es muy necesario esos espacios de recogimiento, para regenerarnos, tomar un tiempo de descanso, etc.
Pero sabemos cuando esta voz viene de la conciencia?
Cuanto menos movemos el cuerpo menos ganas tenemos de hacerlo. El dolor a veces pide reposo pero muchas, muchísimas veces lo que necesita es movimiento, oxígeno, que la sangre circule, flexibilizarlo, amasarlo, energizarlo… a veces esas voces nos boicotean.
Elijo desde una mente calmada? o es el enfado quien habla y decide? es el desorden quien habla? que excusas doy y sobretodo, me doy? Cómo me desgasto? a quien o que le doy autoridad? quien lleva el timón? Cómo me cuido?
Te invito a que hagas la prueba. Cuando aparezca una de esas voces ( tengo la regla, me da pereza, estoy depre, etc…) que no quiere que “te muevas”, ponte músicas que te gusten, respira profundamente, oxigena tu cuerpo y muévelo, con diferentes ritmos, centra tu atención en lo que estás haciendo, después ve a la quietud, sigue respirando, alarga la exhalación, te ayudará a relajarte y descansar. Observa cómo te sientes. Y date cuenta de las diferencias. Comprueba tú misma/o.
No es magia, es poder personal!!!