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El cuerpo... ese lugar donde mi alma me habla

Aquí os comparto unas prácticas que a mí me sirven en mi día a día para sentirme más íntegra, más alegre, más segura, más yo. Espero que sea útil para ti y sobre todo goces el maravilloso camino de re-conocerte.

En este texto no pretendo ni mucho menos dar lecciones, sólo quiero compartir contigo algunas prácticas que a mí me sirven en mi cotidianidad y que te invito a no creértelas, sino que las experimentes en ti, observes y sientas.

El cuerpo es ese lugar donde mi alma me habla; escucharlo y mantener una relación saludable con él para mí es vital.

Cuando era más joven, me sucedía que en momentos en que mis emociones se desbordaban, instintivamente buscaba un lugar íntimo y bailaba, bailaba y bailaba hasta la extenuación; con el tiempo me di cuenta que algo pasaba en mí después de bailar aquel enfado, aquella tristeza, aquel dolor… Indagué mucho y finalmente emprendí el viaje de autoconocimiento a través del movimiento y la danza con conciencia. Lo que me ayudó a abrir mi mirada, mi mente, mi corazón y comprender que la mente y la emoción no están en absoluto separadas del cuerpo. Bailar me permite integrar aquello que se ha fragmentado, roto, olvidado… Llevándome a la alegría, sintiéndome más segura de mí misma, respetándome y valorándome, cada día un poco más.

¡Así que ahí tienes una práctica sencilla que puedes incluir en tu día a día!

Busca un espacio íntimo, músicas que te inspiren, y déjate llevar por el pulso; pon atención a tu cuerpo, que partes están rígidas, doloridas; o ligeras y vitales. Muévete sin ninguna expectativa, entregándote al movimiento, soltando el control. Hazlo un ratito cada vez que lo sientas y observa cómo te sientes después de bailar-Te!

Otra práctica muy saludable que me encanta es hablarles a las distintas partes de mi cuerpo; ¿podrías hacer la prueba de dejar de criticarlo y por el contrario decirle cosas bonitas? A mí me gusta hacerlo cuando me ducho y me aplico aceites hidratantes (a veces lo hago cantando!); decirles cosas bonitas a mis piernas, mis pechos, manos, vientre, ... y agradecer! Haz la prueba durante varios días seguidos.


Cuidar lo que pensamos, lo que decimos y como lo decimos es vital. Los pensamientos atraen como un imán otros pensamientos y con ellos otras personas y situaciones que nos influyen. Recuerda que puedes elegir.

Bailar te ayudará a mover la energía bloqueada y estancada; cuidar lo que piensas ayudará a que vibres de forma saludable. No te lo creas ¡Compruébalo!


¡Feliz práctica!

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